domingo, 1 de junio de 2014

Daniel Viglietti- El sombrero de Sandino



Daniel Viglietti- El sombrero de Sandino




El Sandinismo




























El Sandinismo es una corriente política nicaragüense perteneciente al espectro ideológico de la izquierda, con tendenciasocialdemócrata y nacionalista que promueve la integración de la región latinoamericana. Está basada en el ideario deAugusto Nicolás Calderón Sandino, el denominado General de hombres libres, de quien toma el nombre. A los partidarios y simpatizantes de esta corriente se les denomina sandinistas.

Augusto César Sandino mantuvo, entre los años 1926 y 1933, una guerra contra las tropas de los Estados Unidos que se mantenían en Nicaragua desde el año 1912 para la defensa del Statu quo necesario para la explotación de los recursos nicaragüenses por las compañía estadounidenses y en la defensa de sus intereses.1 Basándose en la documentación generada por Sandino durante la guerra, principalmente correspondencia y manifiestos, Carlos Fonseca Amador dio sustento ideológico para la fundación, en 1961, junto a Santos López, Tomás Borge y Silvio Mayorga, del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN que estructuró la lucha contra la dictadura que la familia Somoza mantenía en el país desde el asesinato de Sandino en 1934.

El 19 de julio de 1979 el FSLN, aglutinando entornos suyo a amplios sectores de las sociedad nicaragüense, logra derrotar al gobierno de Anastasio Somoza Debayle y entra triunfante en Managua, La insurrección popular y el periodo de gobierno posterior es conocido como Revolución Sandinista.

Tras una serie de profundas reformas sociales y económicas y una fuerte agresión, que llegó a intervención directa de EE.UU. y al apoyo de grupos armados a los que se denominó "contra", en las elecciones presidenciales de febrero de 1990el FSLN pierde el poder que pasa a la coalición liderada por Violeta Chamorro llamada Unión Nacional Opositora, UNO.

A raíz de disputas internas dentro del FSLN surgieron nuevos partidos políticos que basan su ideario en las enseñanzas de Sandino, como el Movimiento Renovador Sandinista, MRS, y el Movimiento por el Rescate del Sandinismo, MPRS, que se denominan sandinistas por sostener los mismos ideales originales.

El Peronismo




El Peronismo 

El Movimiento Nacional Justicialista o peronismo es un movimiento de masas argentino creado alrededor de la figura de Juan Domingo Perón que protagonizó los últimos 60 años de la historia de Argentina. El nombre formal del partido es Partido Justicialista.

Origen 

El peronismo surge posteriormente al golpe de estado de 1943 que dio origen a la llamada Revolución del 43, encabezado por los generales Arturo Rawson y Pedro Pablo Ramírez, y apoyado entre otros por un grupo de jóvenes oficiales del Ejército Argentino nucleados en el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), que se oponía a la participación argentina en la Segunda Guerra Mundial sosteniendo la tradicional posición "neutralista" de la Argentina. 

El GOU fue un grupo de enlace bastante informal entre jóvenes oficiales superiores que consideraban necesario "restablecer la moral y disciplina dentro del ejército". Este grupo se declaraba en contra del comunismo. 

Los fundadores que formaron el núcleo inicial (diecisiete oficiales) eran amigos que habían decidido encontrarse regularmente, el coronel Saavedra y el coronel Mittelbach, porque compartían las mismas inquietudes, concluyendo que era necesario organizar y unificar a los oficiales de todas las guarniciones. 

Emilio Ramírez, Juan Domingo Perón, y Urbano de la Vega, fundadores del GOU, formaban parte del estado mayor revolucionario antiyrigoyenista. 

El programa del GOU se convirtió finalmente en el programa de la revolución del 43. En realidad, el GOU recién se formaliza operativamente después de la revolución de junio, como una especie de prolongación del ministerio de Guerra del que Perón era secretario. Allí era donde se imprimían las circulares del GOU con los mimeógrafos oficiales. El general Farrell, ministro de Guerra, y su esposa Beatriz Verdún convocaban a los jefes y oficiales para que se encontraran con el mismo Perón.

Situación económica y política del país 

La estructura económica del país había cambiado profundamente durante la década del 30, debido a la gran depresión que provocó una reducción importante del comercio internacional. Esto afectó a la economía argentina, basada en la agroexportación, que hubo de reconvertirse mediante el control del mercado de carnes y granos y una acelerada industrialización basada en la sustitución de importaciones de los productos manufacturados. Este proceso fue acompañado de un importante flujo migratorio interno desde las zonas rurales del interior hacia la periferia de las grandes ciudades (fundamentalmente Buenos Aires, Rosario y Córdoba). Estas nuevas masas populares, empleadas en las nuevas industrias y sin antecedentes de sindicalización, son las que constituirán la base del movimiento peronista.

Las primeras elecciones (24 de febrero de 1946) 

Se puede fechar el nacimiento del movimiento peronista el 17 de octubre de 1945 cuando las movilizaciones populares organizadas por la Confederación General del Trabajo Argentina de Ángel Borlenghi lograron la liberación de Juan Domingo Perón, quien había sido encarcelado por sectores militares opuestos a su influencia creciente en el gobierno. Desde este momento, Perón se convirtió en el candidato oficial del régimen para las elecciones presidenciales de 1946. Perón se presentó como candidato del Partido Laborista, llevando como vicepresidente a Hortensio Quijano, un radical de la disidente Junta Renovadora. Las elecciones polarizaron al país: por un lado el peronismo, sustentado por el gobierno militar, los sindicalistas de la CGT y grupos yrigoyenistas del radicalismo, U. C. R. Junta Renovadora o FORJA (Donde se encontraban reconocidas personalidades como Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, etc.), y de los conservadores de las provincias del interior, y por el otro la Unión Democrática cuya fórmula era Tamborini/Mosca y cuya proclama general, leída durante el acto de cierre de campaña, expresaba como objetivo: "Cerraremos definitivamente el paso a las hordas que agravian la cultura convertidos en agentes de una dictadura imposible…" 

La Unión Democrática era impulsada por la Unión Cívica Radical e integrada por los partidos Socialista, Demócrata Progresista, el Partido Comunista y los conservadores de la Provincia de Buenos Aires. En estas elecciones, los Estados Unidos -que no le perdonaban a Perón su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial y sus definiciones nacionalistas-, asumieron una participación directa y activa, a través de su embajador Spruille Braden. Este hecho provocó que el peronismo hiciera su campaña en base a la autodeterminación argentina frente a la prepotencia imperialista de Estados Unidos y le permitió acuñar un eslogan que se reveló decisivo: "Braden o Perón". Triunfó Perón, con el 56% de los votos. 

La primera presidencia de Perón 

Tras asumir la presidencia, Perón comienza rápidamente a consolidar su poder. En lo interno, disuelve al Partido Laborista y lo integra en el nuevo Partido Peronista (llamado brevemente Partido Único de la Revolución), del que Perón es el primer afiliado (29 de enero de 1947), y que contará con tres ramas: la sindical (la CGT, única confederación sindical permitida), la política y, a partir de 1952, al permitirse el voto a la mujer, la rama femenina. Más tarde se considerará a la Juventud Peronista como cuarta rama del Movimiento. Por otra parte se procedió a la remoción vía juicio político de los miembros de la Corte Suprema de Justicia, a excepción del Dr. Tomás Casares y en 1949 se convocaron elecciones para la Asamblea Constituyente que dictó una nueva Constitución acorde con los principios del peronismo. 

El gobierno peronista fue duro con la oposición política y sindical, algunos de cuyos dirigentes fueron arrestados a pesar de los fueros parlamentarios, como fue el caso de Ricardo Balbín o Alfredo Palacios. Durante las décadas posteriores, se acusó reiteradamente al gobierno peronista de discriminación político partidaria (discriminación posteriormente aplicada cuando los otros partidos prohibieron el partido peronista durante los 60), sobre todo en el ámbito educativo. Se afirmó que en las universidades nacionales se despedía a los profesores disidentes, y que se impedía ejercer a docentes si no estaban afiliados al partido peronista. Se impulsó a la CGU (Confederación General Universitaria) como representante de los estudiantes en oposición a la mayoritaria FUA (Federación Universitaria Argentina), conducida en ese entonces por el Partido Comunista. Con un criterio similar, se creó la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). 

A partir de 1950, la situación económica comienza a empeorar y un nuevo ministro de Asuntos Económicos, Alfredo Gómez Morales, aplicó medidas de corte ortodoxo. Aún así, Perón vuelve a triunfar en 1952. 

El Estado del bienestar y la economía del primer peronismo 

la llegada del peronismo al poder en democracia se produce en plena posguerra mundial, lo cual significaba la debilidad económica de una Europa en ruinas, y el liderazgo creciente de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. En este escenario, Argentina se encontraba por primera vez en su historia en la posición de acreedor de los países centrales, gracias a las exportaciones de carnes y granos a las potencias beligerantes. El principal deudor era el Reino Unido que ante la emergencia declaró su iliquidez, bloqueando la libre disponibilidad de esos montos. El gobierno peronista optó por utilizar esos créditos para adquirir empresas de servicios públicos de capital británico. 

La bonanza económica de la Argentina continuaba, impulsada por el creciente mercado que se había formado por la baja de las importaciones provenientes de los países en guerra. Esto permitió al gobierno aplicar una vasta política de bienestar que incluía la efectivización de nuevos derechos sociales, como períodos de vacaciones y descanso, planes de vivienda, inversiones en salud y educación, etcétera. Estas conquistas sociales fueron ampliamente capitalizadas por las figuras de Perón y su esposa, Eva Perón, que manejaba una fundación de asistencia social financiada principalmente con fondos estatales y algunos aportes empresarios. Las nacionalizaciones y estatizaciones de los servicios públicos, como los ferrocarriles británicos, fueron conquistas de soberanía e independencia económica. 

No obstante, el contexto mundial pronto dejó de ser favorable ya que los Estados Unidos mediante el Plan Marshall, comenzó a ubicar sus excedentes agrícolas en Europa limitando el acceso al mercado de los alimentos argentinos. 
A partir de 1950, la situación económica comienza a empeorar y un nuevo ministro de Asuntos Económicos, Alfredo Gómez Morales, aplicó medidas de corte ortodoxo, como el ajuste del gasto público. 

domingo peron 

Situación político-económica durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón 

Durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina llenó sus arcas de dinero mediante la exportación de materias primas (cereales y carnes, principalmente) a los países beligerantes europeos (sobre todo a Gran Bretaña). Fue una época de gran prosperidad para el país. Sin embargo, dicha situación cambió, ya que Estados Unidos colocó sus excedentes agrícolas en Europa, lo cual generó que se limitaran las exportaciones de Argentina. Además, en 1949, los mercados se retrajeron y esto trajo aparejado una gran reducción en las exportaciones argentinas (de productos primarios). Por otra parte, las reservas acumuladas se consumieron desmesuradamente, finalizando de este modo, con el período de gran prosperidad económica. La crisis tocaba la puerta del país. 


No obstante a lo acontecido, el gobierno tenía la esperanza de que el desarrollo de la industria sacara al país de la situación en la cual se encontraba. Pero para ello, era necesario el uso de combustibles, acero, maquinarias y demás repuestos que el país, en ese momento, carecía. Por ende, tuvo que acudir a la cruel decisión de importarlos. Por este motivo, el desarrollo industrial no resultó fácil, y desencadenó las peores consecuencias: inflación y desocupación. 


Para romper el esquema y para cambiar las circunstancias, es decir, para salir de la situación, en 1952, el gobierno decidió llevar a cabo un segundo plan Quinquenal, el cual tuvo vigencia entre 1953 y 1957. Este, planteaba básicamente como objetivo fundamental, asegurar el desarrollo de la economía social por medio de actividades que ayuden a gestar la independencia económica del país. Con este fin, el Estado se reservaba el manejo del comercio exterior, guiado por el propósito de defender la producción Nacional y obtener términos de intercambios justos y equitativos. Su empresa estaba también orientada a la consolidación y diversificación de los mercados de importación y exportación, en los cuales, obviamente, se veía involucrado el país. 

Además se hicieron algunos ajustes, que consistieron en: restringir el consumo interno, por lo cual fueron eliminados subsidios a diversos bienes de uso popular; se estableció una veda parcial al consumo de carne; y se levantó el congelamiento de los alquileres. Por otra parte se proclamó "la vuelta al campo", donde el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) invirtió su mecanismo y emprendió la tarea de estimular a los productores rurales con precios retributivos. 

Según Luis Alberto Romero, "Esta política apuntaba a aumentar la disponibilidad de divisas para seguir impulsando el desarrollo del sector industrial." 

Para desarrollar el sector industrial y salir de la crisis (la cual había generado disconformidad en los sindicatos y en el Ejército) se limitó el crédito industrial y el uso de las divisas, y se dio prioridad a las empresas grandes, sobre todo, a las industrias de bienes de capital. Uno de estos casos, fue la reactivación de la empresa siderúrgica SOMISA. Otra medida consistió en el congelamiento por dos años de los contratos colectivos de trabajo. Otro ‘gesto’ importante del Estado fue que, en 1955, incentivó que empresarios y sindicalistas se juntaran para discutir sobre temas inherentes a las relaciones laborales. También, el gobierno, se enfocó en atraer capitales extranjeros. Un proyecto de gran importancia fue el petrolero. Argentina realizó un acuerdo con una filial de la Standard Oil de California, que consistía en la explotación de 40.000 (cuarenta mil) hectáreas en la provincia de Santa Cruz. 

Todas estas medidas generaron la reducción de la inflación, y el re-equilibrio de la balanza de pagos. Pese a eso, no se obtuvieron cambios significativos en lo que respecta al agro y a la industria.

El Golpe militar de 1955 

Sucesivos enfrentamientos con la iglesia y con los sectores más conservadores del agro y la industria, enrarecen el clima político. 

El 16 de septiembre de 1955, el ejército que se identificaba con el liberalismo, al mando de Eduardo Lonardi, produjo el tercer Golpe de Estado en la Argentina. 

Esos sectores comenzaron a conspirar, entonces, para derrocar a Perón. Organizaron un golpe de Estado con la decisiva participación de oficiales del Ejército y principalmente de la Marina. Las razones del descontento anidaban en el creciente enfrentamiento de Perón con la Iglesia Católica. 

En verdad, la crisis económica había precipitado también la puja distributiva: el sector más rico y propietario, del campo o la industria, no estaba dispuesto a tolerar una distribución del ingreso semejante: el 50 por ciento del PBI pasaba a los trabajadores. 
Los gobiernos que se sucedieron entre 1955 y 1973 -tanto civiles como militares-, mantuvieron la proscripción del Peronismo, prohibiendo la participación política del partido y del movimiento.


Bombardeo a Plaza de Mayo 

El primer intento golpista ocurrió el 16 de junio de 1955. Con el objetivo de matar a Perón, aviones de la Marina y de la Fuerza Aérea, con escaso apoyo del Ejército, bombardearon la Plaza de Mayo. Fue una masacre de ciudadanos de a pie. Se estimó en unos mil muertos, aunque las cifras oficiales nunca se conocieron. Perón se había refugiado en el Ministerio de Guerra y los conspiradores finalmente se rindieron. 

Ese accionar tensó aún más la furia de los peronistas. Esa noche, varias iglesias fueron incendiadas. Perón hizo algunas concesiones entonces: defenestró a varios ministros para aplacar la furia opositora. Pero era tarde. El 16 de septiembre estalló un levantamiento en Córdoba encabezado por el general Eduardo Lonardi y secundado por el general Pedro Eugenio Aramburu. Las tropas leales a Perón no pudieron sofocarlo. La Marina, liderada por el almirante Isaac Rojas, encabezó el golpe contra Perón: sus naves bloquearon Buenos Aires y su estado mayor amenazó con volar los depósitos de combustible de La Plata y Dock Sud. 

El Ministro de Guerra, General Lucero, pidió parlamentar y leyó una carta en la que Perón solicitaba la negociación de un acuerdo. La carta no hablaba de renuncia, sí de renunciamiento, pero la Junta de Generales Superiores del Ejército decidió considerarla como una renuncia y negociar con los golpistas, mientras miles de peronistas fieles, encolumnados detrás de la CGT pedían armas para defender a lo que consideraban su gobierno. 

El 20 de septiembre Perón se refugió en la embajada del Paraguay y en la Cañonera que lo llevó a Asunción y a lo que sería el comienzo de su largo exilio de casi 17 años.

Ideología 

El peronismo ha acogido numerosas tendencias ideológicas que han entrado permanentemente en conflicto con el correr de los años. 
Desde su aparición en la escena política nacional, el peronismo fue definido por Perón como un Movimiento Nacional, que englobaba un sector social denominado "clase trabajadora". Este apelativo, que inicialmente fue un eufemismo utilizado por el General para distinguir su concepción "nacional y popular" de los criterios "marxistas proletarios", se convirtió en un breve lapso en una definición doctrinaria que afirmaba para el peronismo la oposición a la lucha de clases. En ese marco, el Movimiento Peronista comprendía (idealmente) a todos aquellos que podían coincidir con los conceptos de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica. Esta interpretación de Perón posibilitó el inesperado crecimiento de su estructura política y la llevó a niveles de representatividad popular que jamás se habían alcanzado en América Latina. 

Sin embargo, para mantener esa situación era necesario concentrar permanentemente la posibilidad de generar doctrina, ya que la masividad del movimiento exigía contentar y contener a sectores con intereses contradictorios. La interpretación de la realidad no podía entonces quedar en manos de una estructura colegiada, que obligatoriamente hubiera generado conflictos y disidencias internas y externas reduciendo a mediano plazo el caudal de poder del Movimiento. Perón concentra sobre sí esa tarea con exclusividad, generando un Consejo Superior del cual era, en la práctica, el único integrante con voz y voto. Asimismo, si entre el Consejo Superior y las bases del Movimiento existieran intermediarios, la doctrina sería mediatizada por ellos y adecuada a sus intereses sectoriales, lo que terminaría encorsetando al propio Perón. 

Se adopta entonces el modelo de comunicación directa entre el líder y las masas: un movimiento absolutamente horizontal, con un único emergente. Para confirmar este análisis, surge claramente el ejemplo de Evita, que en poco tiempo comienza a cumplir ese rol de intermediaria entre el conductor y el pueblo. El discurso y el accionar de Evita mediatizan la doctrina hasta tal punto que el movimiento se sectoriza rápidamente. Comienza a generarse la división de intereses que Perón procuraba evitar. La absoluta inclinación de Evita hacia los llamados "descamisados", genera resquemores, miedo e indignación entre los militares, la iglesia y la clase media, que inicialmente aceptaban a Perón, en tanto su proyecto fuera difusamente humanitario y "justicialista".

La dicotomía peronista entre Movimiento y Partido 

El movimiento, en tanto masivo, garantiza el poder. Pero ese poder se formaliza en el gobierno y, por consiguiente, en una estructura capaz de ganar elecciones. Esa estructura no puede ser un partido tradicional -en la medida que sus integrantes (generalmente de clase media) empezarían a definir políticas-, ni un partido revolucionario, porque obligaría a adoptar una ideología obrera (y el abandono de la "Tercera Posición" ). Surge así la concepción peronista del partido como "herramienta electoral". 

En el campo de las relaciones internacionales, Perón abogó siempre por esa tercera posición equidistante entre el comunismo soviético y el capitalismo estadounidense, lo que lo llevó a apoyar al Movimiento de Países No Alineados y buscar puntos de contacto con Gamal Abdel Nasser y Jawaharlal Nehru. Hizo siempre profesión de fe latinoamericanista ("El año 2000 nos encontrará unidos o dominados" ) y cultivó buenas relaciones con gobernantes de la región: Alfredo Stroessner de Paraguay, Marcos Pérez Jiménez (Venezuela), Omar Torrijos (Panamá) (todos le darían asilo luego del golpe de estado de 1955 antes de recalar en la España de Francisco Franco), así como con el Partido Nacional de Uruguay y el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo en Chile.

Las Veinte Verdades Peronistas 

"Estas son las Veinte Verdades del Justicialismo Peronista. He querido reunirlas así para que cada uno de ustedes las grabe en sus mentes y sus corazones; para que las propalen como un mensaje de amor y justicia por todas partes; para que vivan felices según ellas y también para que mueran felices en su defensa si fuera necesario..." (Juan Perón, 17 de octubre de 1950) 

• La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo. 

• El Peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular, y por lo tanto, no es peronista. 

• El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo, o a un caudillo, lo es sólo de nombre. 

• No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan. 

• En la Nueva Argentina el trabajo es un derecho que crea la dignidad del hombre y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume. 

• Para un Peronista de bien, no puede haber nada mejor que otro Peronista. 


• Ningún Peronista debe sentirse más de lo que es, ni menos de lo que debe ser. Cuando un Peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca. 

• En la acción política la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la Patria, después el Movimiento, y luego los Hombres. 

• La política no es para nosotros un fin, sino sólo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional. 

• Los dos brazos del Peronismo son la Justicia Social y la Ayuda Social. Con ellos damos al Pueblo un abrazo de justicia y de amor. 

• El Peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes pero no mártires. 

• En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños. 

• Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el Peronismo tiene su propia doctrina política, económica y social: el 
Justicialismo. 

• El Justicialismo es una nueva filosofía de vida simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista. 

• Como doctrina política, el Justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con la comunidad. 

• Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del 
bienestar social. 

• Como doctrina social, el Justicialismo realiza la Justicia Social, que da a cada persona su derecho en función social. 

• Queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre, y políticamente soberana. 

• Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre. 

• En esta tierra lo mejor que tenemos es el Pueblo.


Influencia del peronismo en la cultura argentina 

Desde sus orígenes el peronismo estuvo fuertemente relacionado con la cultura popular en Argentina, partiendo de la propia Eva Perón, actriz con cierto éxito. Tuvo la adhesión de intelectuales (Leopoldo Marechal, Rodolfo Puiggrós, Juan José Hernández Arregui, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, John William Cooke); de músicos, compositores y deportistas (Hugo del Carril, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, José María Gatica), y juristas, médicos y profesionales (Arturo Sampay, Ramón Carrillo). 

La televisión en Argentina se inició el 17 de octubre de 1951 con la transmisión del acto del Día de la Lealtad Peronista en la Plaza de Mayo. Durante los dos primeros mandatos presidenciales de Perón, el cine argentino tuvo un importante desarrollo y difusión a nivel hispanoamericano, generando obras maestras como Las aguas bajan turbias de Hugo del Carril. 

Documental: Gaitán sí



Documental: Gaitán sí



Reconstruye los momentos más importantes de la vida privada, política y profesional del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, que se inicia con las especulaciones sobre la fecha y lugar de su nacimiento, hasta 62 días antes del 9 de abril de 1948, cuando pronuncia en la Plaza de Bolívar su célebre Oración por la paz, en protesta por la violencia de la época. (sinopsis tomada de la cinemateca distrital, Bogotá)

Dirección: Maria Valencia Gaitan. 1998



EL GAITANISMO


EL MOVIMIENTO POPULAR DE JORGE ELIECER GAITAN


El gaitanismo, o movimiento político encabezado por el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, ha sido uno de los más importantes movimientos populares del presente siglo. Su objetivo principal fue el mejoramiento de las condiciones de vida de los grupos sociales menos favorecidos y por esta razón contó con el apoyo de miles de obreros y campesinos en todo el país. Desde muy joven, Gaitán había definido su posición política. En su tesis de grado, titulada "Las ideas socialistas en Colombia", había defendido algunos principios del socialismo europeo y, aunque siempre militó en el liberalismo, creía que este partido debía integrar en su ideología algunos de los principios socialistas. Pese a su ideología, Gaitán nunca quiso promover una revolución.



En su concepto, el país necesitaba muchos cambios sociales y la democracia era la mejor manera de lograr que esos cambios se llevaran a cabo. Los cambios propuestos por Gaitán estaban encaminados a lograr una sociedad más justa, donde la riqueza estuviera mejor distribuida y donde no existieran grupos exageradamente ricios y grupos exageradamente pobres. Y esta misión debía llevarla a cabo el partido liberal, dentro de los límites de la democracia y de acuerdo con las ideas socialistas.

Gaitán comenzó a destacarse en la escena política nacional desde 1929, cuando viajó a la zona bananera poco después de la huelga de los trabajadores de la United Fruit Company.

Después de recoger testimonios directos, regresó a Bogotá y denunció ante el Congreso la forma como el Gobierno había reprimido la huelga. El debate que se desató a raíz de la denuncia de Gaitán fue uno de los factores que contribuyó al desprestigio del gobierno de Abadía Méndez y del conservatismo. Poco después, en 1932, Gaitán creó un movimiento popular denominado UNIR (Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria) con el fin de presionar para que introdujera algunas reformas sociales en la Constitución.

El gaitanismo resurgió con muchísima fuerza poco antes de las elecciones de 1946. Muchos de los antiguos seguidores de López se unieron a su movimiento y Gaitán fue proclamado candidato a la presidencia para el período 1946-1950. La división del liberalismo y la oposición del ala moderada del partido no le permitieron ganar las elecciones. Pero Gaitán demostró que la masa de sus seguidores había crecido considerablemente.

El fracaso electoral no detuvo a Gaitán, cuyo movimiento continuó desarrollando una activa campaña política encaminada a las elecciones de 1950. Sin embargo, el asesinato del líder impidió que el gaitanismo llegara al poder. El 9 de abril de 1948 Gaitán fue asesinado y su muerte provocó una violenta reacción popular que se extendió por las principales ciudades del país. Después de esta insurrección, conocida como el Bogotazo, el gaitanismo perdió fuerza. La figura del líder era muy importante para el éxito del movimiento.

El Zapatismo



Zapatismo es un término empleado por historiadores para referirse al movimiento armado identificado con las ideas de Emiliano Zapata, caudillo de la Revolución mexicana, plasmadas principalmente en el Plan de Ayala de 1911. Los integrantes del Ejército Libertador del Sur encabezado por Zapata eran conocidos como "zapatistas".


Una de las frases más simbólicas del zapatismo era que la tierra es de quien la trabaja, reflejo de una suerte de privatismo, acuñada originalmente por el propio Zapata mientras trataba de eliminar el caciquismo en México y restituir la posesión de la tierra a las clases campesinas del sur del país. La frase y lo que representa se convirtió en el símbolo del agrarismomexicano. El zapatismo, agrarista y armado, tuvo concordancias en su proyecto con el magonismo, teórico y obrero.

El inicio de la Revolución Mexicana y el Zapatismo

El siglo XX inició con la idea de la revolución, Francisco I. Madero pensaba en que la política sería la solución a los problemas de México. Sin embargo, otros hombres, entre ellos Emiliano Zapata, creían que la solución se encontraría en una distribución justa de la tierra.

Al principio Zapata, Pablo Torres Burgos, Gabriel Tepepa y Ambrosio Figueroa se unieron en el sur al movimiento revolucionario. Poco a poco emergió la figura de Zapata como el líder indiscutible del movimiento y sus acciones fueron claves, en especial la toma de Cuautla, el 19 de mayo de 1911, que fue uno de los golpes mortales al porfiriato.



La división entre Zapata y Madero

Parecía que México entraría rápidamente en la paz y el progreso, sin embargo, los Tratados de Ciudad Juárez, fueron un grave error, que provocó que se instalara en el poder el Neoporfirismo, encabezado por Francisco León de la Barra, quien no escatimó recursos para enfrentar a Zapata con Madero. Envió a Morelos a Victoriano Huerta, quien junto con Juvencio Robles fueron implacables con los pueblos.

El Apóstol de la democracia llegó a la presidencia por el voto mayoritario del pueblo a finales de 1911. Sin embargo, la división con las fuerzas surianas se agravó tanto, que Emiliano decidió desconocer su gobierno y lanzar el plan de Ayala del 25 de noviembre de 1911. Desde entonces Zapata se propuso defender sus ideas hasta vencer o morir. Al principio se reconoció como jefe del movimiento a Pascual Orozco, que había jugado un papel clave en la caída del antiguo régimen. Por la decena trágica, Huerta ascendió la poder, matando a Francisco I Madero. Zapata se mantuvo firme a su proyecto y no aceptó aliarse con el nuevo gobierno.


El clímax del zapatismo

Después se decidió que Zapata siguiera dirigiendo el movimiento sureño, que se enriqueció con las ideas anarquistas de personajes como Antonio Díaz Soto y Gama. Huerta cayó por el avance de los Constitucionalistas y dejó en la presidencia a Francisco S. Carvajal, pero el embate revolucionario era imparable y se firmaron los tratados de Teoloyucan, el 13 de agosto de 1914.

Venustiano Carranza convocó a una convención, que produjo la escisión definitiva entre los revolucionarios. El momento cúspide del zapatismo se dio durante la guerra de facciones. Francisco Villa y Emiliano Zapata, los dos líderes más apreciados por el pueblo aceptaban el pacto de Xochimilco en diciembre de 1914, para enfrentarse a los constitucionalistas de Venustiano Carranza. Sin embargo, una lección no aprendida provocó la derrota de los convencionistas, la falta de unión real en el aspecto militar y el que Villa hubiera enfrentado a Obregón en Celaya, canceló definitivamente la oportunidad de un proyecto alternativo popular. Las ideas zapatovillistas se quedaron plasmadas en el Programa de las Reformas políticas sociales de la revolución promulgado en Jojutla, el 18 de abril de 1916, que servirían de la base a la Constitución de 1917



El fin del zapatismo

Desde 1916 Zapata vio mermada sus fuerzas, su movimiento tuvo que seguir la guerra de guerrillas, hasta que fue traicionado por Jesús Guajardo, quien fingió unirse a su causa. El 10 de abril de 1919 al entrar a la hacienda de Chinameca fue asesinado el general Zapata, el autor intelectual había sido Venustiano Carranza.

Zapata sigue vivo en los corazones de los campesino e indígenas del país, porque quiso rescatar el México profundo, que sigue esperando resurgir como proyecto de nación.



Frases De José Martí

Frases De José Martí



Amor

¡Con el amor renace la esperanza!

Pecho 
El amor llenará al cabo el pecho de los hombres.
Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
Saber
Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender.

Hombre
El primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo.

Palabra
La palabra sincera huye, como niña decorosa, de los comedores renales.

Mejorar
La paz viene como necesaria consecuencia del trabajo: pero el trabajo no se alimenta cuando no puede tener la esperanza de realizar y mejorar sus productos.

Esclavitud
Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos, empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud, y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de la vida radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos.

Bien
Es preferible el bien de muchos a la opulencia de pocos.

Derecho
En los pueblos libres el derecho ha de ser claro. En los pueblos dueños de sí mismos, el derecho ha de ser popular.

Libertad
La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.

Políticos
Los hombres políticos de estos tiempos han de tener dos épocas: la una, de derrumbe valeroso de la innecesario; la otra, de elaboración paciente de la sociedad futura con los residuos del derrumbe.

Política
La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada.

Letras
La ciencia y las letras doman las pasiones que engendra la política. Tiempo es ya de que el afecto reemplace en la ley del mundo al odio.

Política

(...) Hacer de la política, no el arte de retener el gobierno, ni de dar a las naciones brillo pasajero, sino de estudiar sus necesidades reales, favorecer sus instintos, y tratar del aumento y amparo de sus haberes.
Política
Ni pueblos ni hombres han de ser medrosos que lleguen a tener miedo de sí mismos. En buena hora que la política sea artística, y pocas ciencias requieren tanto arte y mesura y estudio y buen gusto como ella. Pero ha de ser sincera.

Destrucción
(...) Es hora ya de que las fuerzas de construcción venzan en la colosal batalla humana a las fuerzas de la destrucción. La guerra, que era antes el primero de los recursos, es ya hoy el último de ellos: mañana será un crimen.

Intentar
Ni la política ha de ser arte de escarceos, retazos y tráficos, ni es digno de confianza de su país el que mira más a parecer bien a sus adversarios -por sus seguridad y gloria de hombre hábil-que a intentar y realizar todas las mejoras que crea beneficiosas a su pueblo.

Vigor
Se abren campañas por la libertad política; debieran abrirse con mayor vigor por la libertad espiritual; por la acomodación del hombre a la tierra en que ha de vivir.

Empleo
Contra la razón augusta, nada. Sobre el deber de dar empleo a las fuerzas que puso en la mente la naturaleza, nada. Ni rey sobre el derecho político, ni rey sobre la conciencia. Por encima del hombre, sólo el cielo.

Ideas
En plegar y moldear está el arte político. Sólo en las ideas esenciales de dignidad y libertad se debe ser espinudo, como un erizo, y recto, como un pino.

Honrado
Urge ya, en estos tiempos de política de mostrador, dejar de avergonzarse de ser honrado. (...) La política virtuosa es la única útil y durable.

Pelea
Se pelea mientras hay por qué, ya que puso la naturaleza la necesidad justicia en unas almas, y en otras la de desconocerla y ofenderla. Mientras la justicia no está conseguida, se pelea.

Política
Política es eso: el arte de ir levantando hasta la justicia la humanidad injusta; de conciliar la fiera egoísta con el ángel generoso; de favorecer y de armonizar para el bien general, y con miras a la virtud, los intereses.